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miércoles


Hace mucho que Botero dejó de ser el único referente de la creación artística colombiana. A continuación un recorrido por las galerías de Bogotá que lo deja clarísimo. Y quizás al borde de la bancarrota.
Por Carlos Hurtado*
Cada día es más común encontrar a curadores y coleccionistas internacionales que revisen con suma atención las propuestas de los artistas colombianos, quienes empiezan a fortalecer el auge latinoamericano de las artes plásticas.
Uno de los factores que explican este fenómeno tiene que ver con que los artistas plásticos de este país, en parte debido a la escasez de espacios de difusión, deben esmerarse mucho en la consolidación tanto conceptual como formal de sus proyectos, haciendo de ese esfuerzo por alcanzar visibilidad un verdadero ejercicio de selección natural.
Pero además, los problemas que motivan los trabajos de los artistas colombianos son cada vez menos locales; muchos de ellos han logrado ya entablar interesantes diálogos de asociación con el espectador de todas partes del mundo.
En Bogotá pueden visitarse numerosas galerías, cada una concentrada en un nicho plástico diferente, lo cual permite hacer un interesante recorrido por el arte moderno y contemporáneo de este fascinante país.
UNA GALERÍA PARA CADA TALANTESi lo que le interesa es aproximarse al arte moderno colombiano, el cual tuvo un significativo impacto en el desarrollo de la contemporaneidad y fue destacado por críticos como Marta Traba, debido a su capacidad de mantenerse en una mirada hacia el interior —como ocurrió también en Perú—, debería visitar la Galería La Cometa, en cuya nueva sede, una de las más bellas y sofisticadas de América Latina, podrá encontrar trabajos de relevantes maestros como Ana Mercedes Hoyos, Olga de Amaral, o los escultores Edgar Negret y Eduardo Ramírez Villamizar, quienes se inspiraron en culturas precolombinas no sólo de Colombia, sino de otros países de América Latina.
Igualmente interesante resultará pasar por la Galería El Museo, en donde podrá revisar trabajos destacados de artistas tan importantes como Fernando Botero o Alejandro Obregón, al lado de jóvenes talentos como Rodrigo Facundo, que con su versatilidad con los nuevos medios y en particular el video, ha desarrollado una interesante obra fundamentada en el estudio de la memoria y el recuerdo.
Tampoco hay que dejar de visitar la galería de Alonso Garcés, para encontrarse con algunos de los artistas que más han influido el devenir del arte colombiano en el siglo XX, como Beatriz González, la precursora del arte conceptual, autora de obras con una fuerte carga política, y Luis Caballero, famoso por sus violentos dibujos de cuerpos masculinos, así como propuestas nuevas como las de Adriana Duque y Luis Morales (maravillosos fotógrafos).
Para ver algo de arte joven, hay que pasar por Casas Riegner y preguntar por los trabajos de Mateo López, uno de los jóvenes con mayor proyección, ganador de la pasada versión de la Bienal de Cuenca; por Máximo Flórez y sus impresionantes construcciones con hilos, o por las maravillosas pinturas de Rodrigo Echeverri, el virtuoso dibujante cuyas obras se debaten entre las dos y las tres dimensiones.
Y para cerrar el recorrido de galerías, está Nueveochenta, un proyecto joven, concentrado en sólo siete artistas, entre ellos Miler Lagos, autor de lo que parecen ser unos sólidos troncos, pero que están construidos a partir de miles de hojas de papel donde se reproducen grabados del siglo XV de Durero. Los bordes son el resultado del papel quemado por una pulidora y los propios trazos de los dibujos. Y el trabajo le valió al autor el premio del Salón de Arte Bidimensional, uno de los más importantes de Colombia.
No cabe duda de que Bogotá empieza a convertirse en una muy importante plaza de difusión plástica. Si bien aún no cuenta con suficientes espacios para la cantidad de artistas locales que están desarrollando propuestas interesantes, éstos sí han empezado a abrirse oportunidades y a lograr una visibilidad que será muy importante seguir en un país único, ejemplo de diversidad, en donde las innumerables tensiones económicas, sociales y políticas han abonado un terreno creativo que ha permitido la aparición de un arte contemporáneo maravilloso, estructurado e incisivo que seguramente dará mucho de qué hablar en las próximas décadas.
BANCO DE LA REPÚBLICA: UNA GRAN VENTANAVale la pena destacar también la nutrida actividad que empieza a existir en los espacios institucionales, encabezados por las salas del Banco de la República. En este recinto, en cualquier momento del año, pueden encontrarse varias de las muestras de arte contemporáneo latinoamericano más destacadas del momento. Todo esto debido al permanente esfuerzo de José Roca, curador del espacio, y su equipo de trabajo, que ha logrado inscribir a Bogotá en los itinerarios de exhibiciones de artistas tan notables como la venezolana de origen alemán Gego, los argentinos Guillermo Kuitca y Julio Le Parc, o la brasileña Regina Silveira.
* publicado en Revista Travesías
http://revistatravesias.com/numero-70/arte/el-momento-del-arte-colombiano.html

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Acerca de mí

Artista Plástico - Escultor e Pintor. Nacionalidade Argentino. TRABALHADOR DE ARTE.

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